jueves, 5 de septiembre de 2013

La mujer como juguete roto

(Sobre Daniela Astor y la caja negra, de Marta Sanz, presentada en la librería Cálamo por el escritor Luisgé Martín el 19 de septiembre de 2013)


Daniela Astor y la caja negra encierra, en realidad, dos novelas. La primera se desarrolla en plena Transición y narra la adolescencia de Catalina y Angélica, dos amigas que fantasean ser Daniela Astor y Gloria Adriano, mujeres ricas, sensuales y sofisticadas, adoradas por los hombres, a imagen de las divas del destape. Esta primera novela, que bien podría titularse "Daniela Astor" a secas, es intimista y está escrita en tono conversacional, con un lenguaje sencillo y emotivo que combina la comedia y el drama.

La segunda novela adquiere la apariencia de guión para un documental, escrito por la propia Catalina ya adulta, y titulado “La caja negra”. En él se da cuenta, a modo de capítulos, de la vida de diversas estrellas del destape: las primas Estrada, María José Cantudo, Bárbara Rey… Así como de diversas películas, e incluso géneros cinematográficos: No desearas al vecino del quinto, La muchacha de las bragas de oro… “La caja negra” también está escrita en un lenguaje sencillo y directo, pero la emotividad de "Daniela Astor" se convierte en causticidad, y la comedia ya no combina con el drama, sino con el terror moral derivado de la decadencia que sufrieron todas aquellas mujeres, algunas muertas en trágicas circunstancias (Amparo Muñoz, Sandra Mozarowsky…) Parece evidente que el sentido del título, "La caja negra" alude al descubrimiento de la verdad, de lo que realmente sucedió.

No cabe duda que abordar hoy en día el tema del destape corría el riesgo de resultar anacrónico. De ahí la audacia y el acierto literario de Marta Sanz, que ha sabido dotar de actualidad a toda esa cultura ya caduca de los años 70, mediante el análisis de su contenido esencial, que no es otro que una crítica al machismo subyacente. En efecto, todas aquellas mujeres: la Cantudo, la Rey, las Estrada que antaño fueron admiradas, hoy pululan por programas televisivos como Sálvame exhibiendo sus arrugas, o bien han sido olvidadas por completo.

Es en este punto, en el del sentido profundo del relato, es donde la novela "La caja negra" entronca y muestra su coherencia con la novela de "Daniela Astor", donde las dos amigas dejarán progresivamente de ser Daniela Astor y Gloria Adriano para convertirse en quienes son en realidad: Catalina Hernández y Angélica Bagur. Y esta transformación se produce porque su propia vida las hace descender al mundo real. Pero en concreto será el aborto (no desvelo de quién), el detonante de ese descenso a una realidad bastarda, que preconizaba en lo público la libertad sexual y la emancipación de la mujer para más tarde criminalizarla.

El mensaje que transmiten “Daniela Astor” y “La caja negra” es en este sentido paralelo: el de la mujer como un juguete roto, un bonito juguete manoseado por todos que acaba repleto de rayas y abolladuras.

Ya perdonará el lector de este artículo mis excesos metafóricos, pero es que, como ocurre a menudo con las grandes obras literarias, resulta mucho más difícil explicarlas que leerlas. A la vista de las críticas, no creo ser original al afirmar que ésta es una gran novela, que merece ser leída. En mi opinión la calidad literaria de Marta Sanz está a la altura de su colega de Anagrama, Rafael Chirbes: ambos enfrentan de lleno la cultura española, sin el temor de tantos escritores a ser considerados “costumbristas”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario